LA HUELGA OLVIDADA
Por Eduardo Ruz Hernández
Bibliotecario e Historiador UADY
Información tomada del Diario de Yucatán
Hay partes de la
historia que, por uno u otro motivo, se olvidan, se esfuman en la memoria de
las personas, dejando una extraña confusión que nos impide entender nuestra
realidad actual. La huelga que paralizó a la Universidad Autónoma de Yucatán en
febrero de 1988 es una de ellas. Gobernaba nuestro país el presidente Lic. Miguel de la Madrid Hurtado, en cuyos
apellidos el pueblo vio sus desgracias, era gobernador de Yucatán el Lic. Víctor Manzanilla Schaffer, y Rector de
la UADY el Ing. Álvaro J. Mimenza Cuevas.
El país estaba sumido en una vorágine inflacionaria que había hecho que el
gobierno se sacara de la manga aquel famoso “Pacto de Solidaridad Económica”, del que nunca entendimos cómo y
con quien pactamos.
Comenzaré la
historia el viernes 12 de febrero de 1988. El Consejo Universitario se reunió
para escuchar el informe del Rector Mimenza
quien, entre otras cosas, informó que existía riesgo de huelga porque la Asociación
Única de Trabajadores Administrativos y Manuales de la Universidad Autónoma de
Yucatán (AUTAMUADY), no aceptaban la propuesta de aumento salarial del 38% y la
Secretaria de Educación Pública se negaba a proporcionar más apoyos (vieja
historia muy conocida por las universidades públicas). Con todo, en una “postura que enaltece porque antepusieron los
intereses universitarios a los personales”, la Asociación de Personal
Académico de la Universidad Autónoma de Yucatán (APAUADY) había aceptado el 38%
de aumento. La huelga estallaría el lunes 15 de febrero, a la medianoche, con “consecuencias irreversibles que traería para
la investigación, la docencia, el estudiantado y la paz que prevalece en
nuestra entidad”.
En esa misma
sesión presentó el Plan Institucional de Desarrollo 1988-1990, indicando que la
inflación anualizada durante 1987 había sido del 160%, así como que se
tenía contemplado en el presupuesto el pago de los intereses bancarios de
préstamos que se habían tenido que solicitar para no detener la marcha de la universidad.
El sábado 13 de
febrero, en tanto Ronald Reagan
visitaba Mazatlán, en Mérida el Lic. Andrés
Santos Ojeda, Secretario General de la AUTAMUADY, informaba que SI habría huelga el lunes 15 de
febrero, ya que el sindicato pedía un alza en términos reales del 53%, y que si
los académicos habían aceptado el aumento ofrecido era “porque sus sueldos eran más elevados”.
El 14 de
febrero, domingo de carnaval, más de 300 trabajadores sindicalizados se reunieron
en el auditorio “Benito Juárez”, de la Facultad de Medicina, para decidir si
estallaba la huelga o no. Votaron a favor 137 para que la huelga estallara el
15 de febrero y 100 votaron por extender una prórroga para el 22 de febrero.
Había también el aliciente de apoyar el movimiento nacional de solicitudes de
aumento salarial de las universidades, al cual no se quería traicionar, ya que
estaban 9 universidades en huelga y dos más, la de Veracruz y Puebla, estaban
por unirse. La AUTAMUADY pertenecía al Sindicato Único Nacional de Trabajadores
Universitarios (SUNTU), como sección 25.
El Secretario Santos manifestó que “el gobierno quiere poner topes a los
salarios sin tomar en cuenta las necesidades de los trabajadores”, y les
señaló a los trabajadores que deberán cumplir las guardias nocturnas, pues a
quienes no las hagan se les impondrán multas equivalentes a una quincena de
salario. El asesor jurídico del sindicato era el Lic. Julio Macossay Vallado.
El lunes 15 de
febrero de 1988, en tanto el Banco de México anunciaba la próxima emisión de
billetes de 100,000 pesos “como consecuencia
y no causa de la inflación”, las banderas rojinegras cubrían las puertas
del edificio central, y de todos los edificios universitarios, a la medianoche.
“No hubo arreglo: estalló en la UADY la
huelga”. La rectoría siguió ofreciendo el 38% y los trabajadores
solicitando el 53.6%. Unos 13,500 alumnos resultarían afectados a partir del
miércoles 17 de febrero, ya que la universidad estaba en el asueto del
carnaval.
El Rector Mimenza, en un último intento por
detener la huelga, ofreció un aumento salarial de 15% retroactivo al 16 de
diciembre, y otro del 20% retroactivo al 1° de enero, pagaderos en la primera y
segunda quincena de marzo. Aclaró que el incremento real sería del 38% pues el 3%
restante representa el impacto en las prestaciones. Asimismo, sugirió que se
firmaría una cláusula en la cual la UADY se comprometería a realizar ajustes al
tabulador salarial antes del 15 de marzo.
“Quiero recordarles que la universidad no es
una empresa de lucro ni obtiene utilidades. Se mantiene con subsidios de los
gobiernos federal y estatal y sus ingresos son insignificantes” También
señaló el Ing. Mimenza que el
personal de la UADY percibe salarios “muy
por encima al salario mínimo y más que en otras instituciones” y además “cuenta con mejores prestaciones”. Y
remató: “El incremento que piden no lo
lograrán con huelgas o presiones. Rebasa las posibilidades de la universidad,
pero respetamos su derecho de huelga… Lo único que lamentamos es que los
estudiantes serán los más afectados”.
El Lic. Santos dijo que al personal de la UNAM
se le había otorgado el 53% y el Rector aclaró que a esos empleados se les
descuentan impuestos, además que “hay una
enorme diferencia en cuanto a zonas económicas”.
El 16 de febrero,
martes de carnaval, el SUNTU informó que otras cuatro universidades se unieron
a la huelga nacional, sumando ya 15 universidades en todo el país. En Mérida
todos disfrutaban del carnaval y se olvidaron de la huelga. El Paseo de Montejo
estaba pletórico de gente. Gocemos hoy, mañana ya veremos que comemos. El 17 de
febrero, miércoles de ceniza, el golpe es fuerte para los 13,500 alumnos de
escuelas y facultades. El rumor es que la huelga “va para largo”, ya que no sería sino hasta fin de mes que el
gobierno federal haría alguna oferta. El sindicato se dice preparado para
afrontar un movimiento de larga duración. No obstante, ambas partes,
autoridades y sindicato, dicen que las pláticas no están rotas. Están a la
espera de que las autoridades educativas de la metrópoli formulen un nuevo
ofrecimiento a las universidades que están en huelga en todo México. El sindicato,
con 480 trabajadores, reitera que no aceptará menos del 53% que le dieron a la
UNAM.
Se menciona que
en otras universidades en huelga las autoridades han permitido que las
actividades continúen para no perjudicar a los alumnos. El Presidente de la Junta
de Conciliación y Arbitraje, Lic. Armín
Villalobos Bustillos, aclara que el derecho
laboral podría infringirse si se permite el acceso a los estudiantes.
Por su parte, el
Lic. Manuel Imán Morales, Secretario
General de la APAUADY, que agrupa a 1,200 docentes, informó que rectoría haría
efectivo el 38%, retroactivo a diciembre, el 29 de febrero y que también
recibirían un aumento del 20% en la primera quincena de marzo. “Somos institucionales y tenemos una
responsabilidad con los padres de familia y estudiantes; no deseamos
desestabilizar la universidad”
El jueves 18 de
febrero se comenzaron a buscar alternativas para impartir las clases extramuros
y se suspendieron varios servicios que la universidad brindaba a la población,
como las consultas dentales a personas de escasos recursos. El Secretario de
Organización de la AUTAMUADY, José Luis
Reynosa Caamal, explicó al Diario de
Yucatán el por qué no aceptaron la última propuesta del rector. Indicó que
un auxiliar de intendencia gana $106,000 mensuales y las secretarias “B”, que
reciben mayor sueldo, $130,000, cantidades muy reducidas considerando la
inflación. Y tenía la razón, ya que un kilo de huevo fresco “en oferta” costaba $1,595 el kilo, como
indicaba la desaparecida cadena Blanco
(su precio normal era de $1,665). El Diario
costaba $300.
El viernes 19 se
abrió una posibilidad de arregló. El Rector Mimenza hizo una propuesta definitiva: aumento del 3.4% al
tabulador de salarios generales retroactivo al 1° de enero, que sumado al 38%
eleva el ofrecimiento al 42.7%. Y se firmaría un convenio mediante el cual la
UADY se comprometía a otorgar los aumentos salariales a los trabajadores cada
mes, como establecía el Pacto de Solidaridad Económica, pese a que todos sus
empleados percibían sueldos arriba del mínimo.
El sábado 20 de
febrero terminó la huelga en la UADY, cuando el sindicato AUTAMUADY, después de
las 18 horas y por decisión de sus agremiados, aceptó el 42.7% de aumento sobre
los sueldos que recibían en diciembre pasado. A las 22 horas, líderes de
trabajadores y directivos de la UADY se dirigieron al edificio central y
quitaron las banderas rojinegras. Fueron únicamente cinco días de inactividad.
El personal
académico también aceptó similar acuerdo. La UADY firmó un convenio con los
sindicatos para que cada aumento que decretara el Gobierno Federal dentro del
Pacto de Solidaridad Económica, se hiciera efectivo en la siguiente quincena
del otorgamiento. Asimismo, se pagarían íntegros los sueldos que se dejaron de
percibir por la inactividad.
El Secretario de
la AUTAMUADY Andrés Santos manifestó:
“El conflicto llegó a su fin por decisión
de los trabajadores”. El Rector Álvaro
Mimenza dijo: “Hay que tener mucho cuidado, porque muchos ven a la universidad como un
botín y desean meter la mano en ella”. Y el Secretario de la APAUADY Manuel Imán comentó que en su sindicato
“el aumento se logra mediante el diálogo”.
El lunes 22 de
febrero de 1988 la UADY abrió nuevamente las puertas de todas sus escuelas y
facultades, reanudando actividades sin mayores contratiempos. “Las instalaciones universitarias no
sufrieron daños y los encargados de limpieza se presentaron temprano a trabajar”.
Lo cual denota que con una excelente disposición, apertura al diálogo y buena gestión,
todo se puede solucionar en el marco de la legalidad. Que es lo que todos
deseamos para la actual huelga que atraviesa la UADY en enero de 2015. E.R.H. eduardoruzhernandez@gmail.com. UADY HUELGA
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