MARAVILLAS
DEL SER
Por
Ernesto de la Fuente
Hace
Algunos ayeres el inmortal escritor argentino Jorge Luis Borges escribió: “Los
espejos y la cópula son abominables, porque multiplican el número de los
hombres” [Fuente: Tlön, Uqbar, Orbis Tertius].
Ahora,
parafraseándolo, yo escribiría: “Los senos y las ubres son maravillosos,
porque incitan y alimentan a los niños”. Apedréenme, pero no puedo
dejar de pensarlo. Benditos senos, benditas ubres ¿qué sería del mundo sin
ustedes?
Meditaciones
de un idus de septiembre vertiginoso, pletórico de mareos y repleto de nauseas.
No, nadie está embarazado, mi laberinto está descontrolado. Debo de estar
navegando en el mar proceloso de la cruda imaginación.
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