CUENTOS CORTOS
Por Ernesto de la Fuente
El sol entra silenciosamente por la ventana, en tanto
las tinieblas y su vida escapan estrepitosamente por la puerta.
Queda sola, cierra los ojos, la pesadilla se apodera de
ella.
Ocho balas, dos muertos. Eso de la economía no es su fuerte.
Cuando el lobo se quita la piel, no asusta a las
ovejas. Tarde comprende que no son herbívoras. Es todo un delicioso banquete.
Cuando su mujer le sirve la comida, mira el plato
con profunda extrañeza.
—
¿Qué me diste? —reclama alterado.
— Lengua, lengua
de escritor.
Devora el libro
con tantas ansias que no deja ni la encuadernación. Su madre lo regaña: No por
ser comején debe ser mal educado.
No lo acaba de
creer, gracias a que pierde la dama gana la partida. El divorcio lo ha favorecido. Jaque mate.
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